Desde hace mucho vemos que el mundo cambio, sigue cambiando y de seguro cambiara más, las cosas tal y como las conocíamos se tuvieron que adaptar a las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación.
Hoy entramos y salimos entre lo analógico y lo digital como si siempre lo hubiéramos hecho, moviéndonos entre las reuniones con un café y nuestros celulares, tablets, portátiles y asistentes de voz.
Lo que hacíamos, pensábamos y acostumbrábamos se fue transformando. El mundo cambio, cambiamos los consumidores y también las empresas que tuvieron que reajustar todo para seguir vigentes en los nuevos mercados.
El marketing una de las disciplinas que evoluciona y se adapta a estos movimientos generados por la nueva era digital, fue creando nuevas formas de llegar a ellos de manera más efectiva que la competencia, lidiando con mercados hiperconectados y consumidores sobre-informados.
Las emociones, base de nuestra esencia empezaron a cobrar mayor importancia, siendo en la actualidad una fuente de inspiración de contenidos y estrategias.
En definitiva, somos seres emocionales, no racionales.
Así nace una de las tendencias actuales: el marketing emocional que es el encargado dentro de la planificación estratégica y específicamente la táctica de comunicación y de medios diseñar estrategias para enamorar al consumidor; ventaja competitiva y clara diferenciación adoptada por las empresas que pretenden llegar al corazón del consumidor y quedarse en él.
Contar historias a través de contenidos emocionales y que generen experiencia es la clave hoy, el denominador común de empresas que comprendan que el cambio es necesario en este nuevo mundo digital, donde el consumidor es mucho más emocional.
Solo despertando emociones y enamorando al consumidor construiremos marcas más humanas.